Ha estudiado canto, comedia musical, danza y teatro: y en musicales como ‘Fama’, ‘Hair’ o ‘Grease’ nos ha demostrado que es un bailarín excepcional. Ahora, el catalán Jordi Coll se pone delante de las cámaras para dar vida a un sacerdote muy moderno para 1919. Un personaje que va a exprimir al máximo y con el que ya está demostrando que es un grandísimo actor.
-¿Qué tal llevas el cambio?
-Fenomenal. Son muy diferentes los musicales a la televisión, pero estoy aprendiendo bastante y me siento muy afortunado por la oportunidad que me han ofrecido. Estoy tan contento que no echo de menos cantar. Además, la serie me permite seguir de gira con ‘Grease’.
-¿Has sentido presión al incorporarte a una producción que goza de un público tan fiel?
-Cuando me enteré de que iba a entrar, sentí un poco de miedo porque sabía el exitazo que tenía. Sin embargo, cuando llegué al plató, me sentí muy arropado por todos. Esta serie la hace un gran equipo. Pero en lo que me concentro al máximo es en hacer mi trabajo lo mejor que sé y en aportar matices nuevos a Gonzalo.
-¿Tu vida ha cambiado?
-Sobre todo mis horarios. Antes libraba los lunes y los martes y ahora descanso los sábados y los domingos. Me parezco más a un oficinista. Además, antes trabajaba de tarde, que me encantaba, y ahora me tapo las ojeras para grabar de día.
-¿Y te están resultando duras las jornadas de rodaje?
-Después de un día en Puente Viejo, llegas a casa molido. En ocasiones me pongo a estudiar los guiones y me termino durmiendo con los apuntes en la mano.
-¿Cómo te ves con sotana?
-Diferente, y vivo un cúmulo de sensaciones cuando me la pongo. Rectitud es la primera palabra que se me viene a la cabeza. Es un traje que no te deja mucha movilidad y Gonzalo es una persona muy activa, que se mueve bastante y ha tenido una vida agitada en la selva amazónica. Podemos decir que lucho contra ese vestuario.
-¿Te vas a convertir en el ‘pájaro espino’ de Puente Viejo?
-(Risas). Gonzalo tendrá sus secretos y dará que hablar. Lucha contra las injusticias y para que la verdad prevalezca por encima de todo.
Entrevista: Leticia Cibeau y Roberto Cabezas
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